15 de marzo de 2011

Perdon

A ti que llevas tantos años tatuado en mi espalda que he perdido la cuenta quiero contarte esta historia aun que no de frente. Me acompañaste por veredas de ajenjo, y por jardines de anís, me diste un boleto ida y vuelta a mi escape y cuando no supiste que hacer conmigo me mandaste mensajitos de no me olvides que no tienen teléfono para responder. Tú, que quieres que yo sea algo que no soy, pero insistes en que sea lo que puedo llegar a ser, a ti te debo un disculpa por la ofensa de la negación, pero sabes que no era a ti, sino más bien a los que usurpan tu nombre. Quiero sinceramente confesar que estoy enamorada de ti, no de ahora, de hace años, y que cuando escribo de ti la poesía se cuela en cualquier parte. Sabes que esto no es de hoy, pero que pensar en ti es como esto, como fluir de sabila por las venas, y llenarme la cabeza de agua de mar, tienes la cualidad de omnipresente, y ninguno te gana en haber dado la vida por mi, no necesito iglesia para amarte, ni lugar para consagrarme, solo necesito ese cuerpo que vive en mi cama y el espacio que me das mañana para decirte con mucha fé, amigo perdon si te ofendi, los humanos a veces tienden a enfandarme y se que los amaste, es más admito que cuesta mas de lo que se cree, pero a ti, jamas quise ofenderte. De nuevo querido amigo, Perdon.