Finalmente tengo una noche libre, es decir que
no tengo exámenes que corregir, tareas que entregar, presentaciones que
preparar, cena, almuerzo o dos mil ochocientas
otras cosas que tengo siempre encima de mi cabeza. Hoy más que nada tengo
muchos recuerdos, algunos buenos, algunos malos, pero en especial hoy estoy
recordando el colegio, no por decisión propia, mas por mis compañeros del
colegio, les da porque nos juntemos toditos ya y nos veamos después de que
pasaron años haciéndonos mierda. Nunca he ido a las reuniones que ellos
felizmente organizan porque a pesar que han pasado veinte años o la vida ha
sido buena conmigo simplemente no siento nada por ellos, me provocan una
especie de tristeza con…indiferencia. Los mejores años de la vida son la
adolescencia y para mi ellos fueron los responsables de hacerla terrible, sin
una gota de compasión o de entendimiento; me escondían mis cuadernos, me
encerraban en el baño, o en la clase, sin hablar de que ellos creían que era
muy gracioso robar mi almuerzo, burlarse de los demás, o ser simplemente vándalos
con las cosas ajenas. Un día apareció un álbum, donde ellos que eran los
populares, se endiosaron con foto, tras foto de sus grupos “la foto” se
llamaban, y todos los demás mortales teníamos de mejor amigo a Julio Verne, que
ironía, ahora soy profesora de lengua y literatura, escribo libros, artículos y
la gente paga por oírme. Una de las anécdotas que marco mi forma de pensar
fueron los trabajos de literatura para ello si era muy buena y me usaban para
que se los hiciera, aunque después yo tenía que volverlos a reescribir porque
los copiaban literal de los míos. O tal vez lo único que quiero es que quede
por escrito y en los anales las maldades que hicieron, ahora los psicólogos lo llamarían
bullying, mi psicólogo lo llama catarsis, así que sea por lo que sea la razón que sea,
me gustaría decirles en su cara lo malvados, inconscientes, irresponsables,
inhumanos y desagraciados que fueron, odiaba el colegio, le rogaba a mi mamá
que no me llevará, pero nunca me escucho, me refugiaba en la biblioteca para no
ser blanco de sus burlas, robos y sobre todo vejámenes especialmente mi
cumpleaños donde quedaron de llegar y se pusieron de acuerdo para no hacerlo, y
allí me quede con todos los sándwiches hechos, las aguas que duraron una semana
y tortrix por un mes, los odie, ahora me llenan el correo de las mismas
estupideces de siempre, sintiéndose los únicos reyes del universo, capaces de
llenar todo el espacio, y hacerme recordar la peor época de mi vida. ¿Porque los
seres humanos somos tan poco humanos unos con otros? Es cierto, yo era un ser
extraño, lo sigo siendo, y no espero que se disculpen conmigo, pero me parece
una hipocresía ir y saludarlos decirles esas frases trilladas: “qué bueno
verte, como has estado, como te va, que has hecho” estoy segura que no les interesa verme, o
saber de mi vida, mis verdaderos amigos han estado conmigo toda la vida,
siempre se han ocupado de mí, saben que me gusta, o que ha sido de mi vida, cuántos
hijos tengo o en que trabajo. Años después
regrese al colegio a dar clases, solo para exorcizar mis fantasmas y fue muy
bueno, encontré a la persona con la que hoy comparto mi vida, así que en el
fondo debo darles las gracias porque si no me hubiesen encerrado en la clase, o
robado mi almuerzo, o llamado de mil nombres sin contar las veces que se
burlaron de mí, tal vez nunca hubiese regresado al colegio y conocido a O.
Igual por alguna extraña razón hoy cuando los recuerdo quiero olvidarlos, me quedaría
con algunos, pero todos los que quiero ver, los veo, y aquellos que no quiero
ver, no tengo porque.