"Lo irracional, empero, existe; es un hecho
psicológico.
Por lo tanto, como tal hemos de considerarlo, cuidando
de no violentar su idiosincrasia.
Tarea ésta en verdad difícil dado que nos hallamos
constreñidos por las categorías lógicas que nos obligan a expresarnos en
términos de razón".
Carl
Jung en "Psicología y religión".
Nuevamente mis mundos se enfrentan en esta guerra sin
cuartel que se han declarado desde el día que tome conciencia del escándalo que
soy. Y me aferro a mi amigo que
vive lo que quiere vivir, J... si este momento fuera un mar tu serias una tabla
de salvación y yo un prófugo a punto de ser naufrago... decisiones imperantes
de la vida en esta consternación constante por entenderme cuando es casi
imposible, es el sueño demente del poeta, sin contar con la maldita sombra que
acompaña la crueldad de las etiquetas, nadie es si no es lo que dice la cita de
Jung...una lógica construida.
Ser poeta no da de comer, no paga cuentas, ni siquiera
ayuda a ser cuerdo, la poesía son
sueños, son ideas, son las miles de tareas de desgranarse, desnudarse y hacerse
pedazos bajo las cartas de antaño, en el espacio que existe entre esa botella y
la entrada de una casa donde sabes que está tu cuerpo pero lo que eres, eso
quien sabe dónde se quedó. Yo soy un
hibrido camaleón de alas de mariposa, en
todos los aspectos de mi vida, en todos los retazos que me componen la
sien, en todas las azaleas pegadas en el papel de la cocina. En todas las
memorias de golpes, en todas las horas de incertidumbre, me doy una vuelta por
el ciberespacio y no ayuda, al contrario, mi demencia aumenta, casi delira,
cuando esa palabra que me consume me trae a la triste realidad que vivo: la
obediencia, alguien copia las notas de su hija online y la maestra le escribe
que es una niña preciosa por obediente, no puedo conmigo, de verdad no puedo,
grito desde la raíz, desde las entrañas,
y le escribo a la madre:
Querida amiga, como estas, quiero contarte algo que me
llamo mucho la atención, posteaste las notas de tu hija, y de verdad te
felicito, pero me hizo pensar un poco el comentario de su maestra, ¿le gusta
ser maestra de tu hija porque es obediente? por lo que veo tu hija tiene mil
cualidades, hermosas, bellas, pero porque la obediencia es la más importante
para las maestras, luego porque cuando crecen y las niñas son "obedientes"
y no tienen criterio terminan abusando de ellas, por no quedar mal con alguien.
Perdona no es mi incumbencia pero sabes desde que me dedico a esto de las
mujeres y luego con la muerte de Cristina me lo cuestiono mucho. Un abrazo.
Cristina, Juana, Maria, miles de mujeres rodeándome el
eje central de esta obsesión que tengo por el sufrimiento, yo fui una de ellas,
golpeada, humillada, usada como un trapo para descargar todas las iras, todas
las frustraciones, todas las basuras emocionales que mi cuerpo podía absorber, lo peor de todo, las absorbí todas, con la
correcta dosis de cinismo, de odio, autocompasión, desecho y maceraron la parte
de mi cerebro que procesa el sentirse bien en la vida. Odio a las maestras que les gustan las niñas
obedientes, a los padres que quieren niños
obedientes, a la sociedad que quiere niños obedientes, gente obediente, odio
todo lo que tenga que ver con obedecer, odio la palabra. Todas y cada una de
las células que me componen detestan obedecer… porque yo decido, pienso, evalúo
y luego tomo una decisión. Y las sociedades que enseñan a obedecer están
condenadas a crear seres que no piensan, que no toman sus propias decisiones y
que por siempre son niños que esperan que sus padres piensen por ellos; peor aún
que todo se les dé, que todo lo merecen, porque son obedientes.
Por obediencia nadie se mete en la vida ajena, tenemos
refranes que lo gritan: “entre casados y hermanos no hay que meter las manos”
pero igual lo hacemos sin hacer, con consecuencias nefastas, creemos que la
muerte de las mujeres en casos de violencia intrafamiliar se debe solo acusar
al que la causa, al marido, al padre, al conviviente, no la causamos todos, los
que lo consentimos, los que no decimos nada, los que cuando vemos que algo
pasa, a nuestras amigas, hermanas, madres, hijas, simplemente no decimos nada…
porque hay que obedecer las reglas. Saben algo, las reglas matan personas,
destruyen las buenas ideas y sobre todo nos hacen seres alienados, que no
pueden ni quieren nunca hacer lo más importante de un ser humano, tomar
decisiones.