6 de diciembre de 2012

Recuerdos de Colegio



Finalmente tengo una noche libre, es decir que no tengo exámenes que corregir, tareas que entregar, presentaciones que preparar, cena, almuerzo o dos mil  ochocientas otras cosas que tengo siempre encima de mi cabeza. Hoy más que nada tengo muchos recuerdos, algunos buenos, algunos malos, pero en especial hoy estoy recordando el colegio, no por decisión propia, mas por mis compañeros del colegio, les da porque nos juntemos toditos ya y nos veamos después de que pasaron años haciéndonos mierda. Nunca he ido a las reuniones que ellos felizmente organizan porque a pesar que han pasado veinte años o la vida ha sido buena conmigo simplemente no siento nada por ellos, me provocan una especie de tristeza con…indiferencia. Los mejores años de la vida son la adolescencia y para mi ellos fueron los responsables de hacerla terrible, sin una gota de compasión o de entendimiento; me escondían mis cuadernos, me encerraban en el baño, o en la clase, sin hablar de que ellos creían que era muy gracioso robar mi almuerzo, burlarse de los demás, o ser simplemente vándalos con las cosas ajenas. Un día apareció un álbum, donde ellos que eran los populares, se endiosaron con foto, tras foto de sus grupos “la foto” se llamaban, y todos los demás mortales teníamos de mejor amigo a Julio Verne, que ironía, ahora soy profesora de lengua y literatura, escribo libros, artículos y la gente paga por oírme. Una de las anécdotas que marco mi forma de pensar fueron los trabajos de literatura para ello si era muy buena y me usaban para que se los hiciera, aunque después yo tenía que volverlos a reescribir porque los copiaban literal de los míos. O tal vez lo único que quiero es que quede por escrito y en los anales las maldades que hicieron, ahora los psicólogos lo llamarían bullying, mi psicólogo lo llama catarsis, así que sea por lo que sea la razón que sea, me gustaría decirles en su cara lo malvados, inconscientes, irresponsables, inhumanos y desagraciados que fueron, odiaba el colegio, le rogaba a mi mamá que no me llevará, pero nunca me escucho, me refugiaba en la biblioteca para no ser blanco de sus burlas, robos y sobre todo vejámenes especialmente mi cumpleaños donde quedaron de llegar y se pusieron de acuerdo para no hacerlo, y allí me quede con todos los sándwiches hechos, las aguas que duraron una semana y tortrix por un mes, los odie, ahora me llenan el correo de las mismas estupideces de siempre, sintiéndose los únicos reyes del universo, capaces de llenar todo el espacio, y hacerme recordar la peor época de mi vida. ¿Porque los seres humanos somos tan poco humanos unos con otros? Es cierto, yo era un ser extraño, lo sigo siendo, y no espero que se disculpen conmigo, pero me parece una hipocresía ir y saludarlos decirles esas frases trilladas: “qué bueno verte, como has estado, como te va, que has hecho”  estoy segura que no les interesa verme, o saber de mi vida, mis verdaderos amigos han estado conmigo toda la vida, siempre se han ocupado de mí, saben que me gusta, o que ha sido de mi vida, cuántos hijos tengo o en que trabajo.  Años después regrese al colegio a dar clases, solo para exorcizar mis fantasmas y fue muy bueno, encontré a la persona con la que hoy comparto mi vida, así que en el fondo debo darles las gracias porque si no me hubiesen encerrado en la clase, o robado mi almuerzo, o llamado de mil nombres sin contar las veces que se burlaron de mí, tal vez nunca hubiese regresado al colegio y conocido a O. Igual por alguna extraña razón hoy cuando los recuerdo quiero olvidarlos, me quedaría con algunos, pero todos los que quiero ver, los veo, y aquellos que no quiero ver, no tengo porque.

10 de septiembre de 2012

Una dosis de relatividad con un poco de creatividad


(Llevo escribiendo este articulo para un propósito, pero es tan buena la idea que no quiero que se pierda)


No quiero hacer política, pero no me eximo de estar informada de estos primeros meses de trabajo de nuestro presidente y su equipo de trabajo, es ahora cuando los medios de comunicación estarán en el análisis de que nos han dejado estos meses o que falta por trabajar o en que han metido la pata constantemente, y sé que uno de los temas que estará presente constantemente será el problema de la crisis económica, la inflación proyectada del 4.5% o en jerga chapina: “ya no alcanza para nada”; existe en el hablar cotidiano del guatemalteco la percepción constante de que no hay dinero, de que no nos va bien, que estamos en crisis, o que todo cada día está peor, me he preguntado muchas veces si esa percepción es real o es parte de nuestra forma de aplastarnos el ánimo constantemente. Un amigo que trabaja en branding dice que la percepción es la realidad,  así que acuñe una frase en los años de asesorar: “deme el dato duro”, esa frase quiere procesar en una forma muy concreta que para cada afirmación que se hace debe ponerle estadísticas y datos concretos que respalden esa percepción que existe, para nada iluminado, simplemente porque si cambio mi percepción, cambio mi realidad. Esos datos duros me cuentan otra historia: Guatemala es un país que mueve más de $.46.9 millardos de dólares[1]; la CEPAL[2] anuncia que creceremos en un 3.5% y  las pequeñas, medianas y micro empresas de Guatemala están en desarrollo solo el PRONACOM[3], cuenta con más de 37 proyectos aprobados que impulsan el desarrollo en áreas tan distintas como la fruticultura, arveja china, melocotón, cacao y otras formas de hacer negocios que son rentables y fructíferas para el país. Entonces ¿es la realidad nuestra percepción? Sin hacer caso omiso a todos los otros datos que no dejan de ser reales, especialmente los de pobreza y desnutrición, existen ambigüedades en nuestra forma de consumo, la desnutrición en Guatemala según datos de UNICEF y el ICEFI (Instituto de Centroamericano de Estudios Fiscales) es un problema que afecta a cerca de un millón 300 mil niños[4], pero según la SIT, en Guatemala hay 17 millones 571 mil 895 teléfonos móviles[5] es decir más celulares que personas; ¿más celulares que niños con hambre? (sin hacer alusión a Arjona) y eso que no entro de lleno  a las estadísticas de importación de autos de lujo y artículos suntuarios, como perfumes, maquillaje y ropa. Perplejidad. Grotesca, inmensa y sobre todo reflexiva, se acuerdan la caricatura de Mafalda en la que está con un gran signo de interrogación, esa es mi imagen mental de  la realidad en Guatemala: ¡¿?!, esta  nuestra realidad que entiendo y examino en sus problemas de la cotidianidad nos presenta una cosa y nosotros vivimos diciendo otra: que no tenemos dinero para hacer eso que queremos, que no nos alcanza para nada, que todo sube, que no se puede vivir, una serie constante de no, no, no, no, no, no hay. Ahora la realidad grita otra cosa, la verdad es que la percepción de lo que pasa en el día a día es distinta a la realidad. Hay dinero y recursos no distribuidos para todos igual pero los hay y debemos encontrar el cómo distribuirlos y dirigirlos hacia nuestros negocios y nuestras arcas, hacerlo y pronto, así que la mejor forma de lograr eso es con creatividad, rompiendo los esquemas tradicionales de lo que hacemos, generando ideas nuevas de negocios que nadie haga, no con prejuicios, sino con inclusión de todos. Cuando realizamos una observación cualitativa de los días de supermercados esos jueves de ofertas, o martes de verduras, o de las ventas de rebaja, mercados, tenemos lugares que siempre están llenos, o donde siempre consumimos, o donde siempre hay gente, no te pares un viernes en los cines porque las colas pueden llegar a ser de más de dos horas.
Debo regresar a mi hipótesis original, ¿por qué nos sentimos tan mal o porque recortamos gastos, o porque no invertimos, porque no generamos más ventas? vaya por Dios, ¿por qué no crecemos?  Hay negocios que les va muy bien y otros que los ves cerrar, y la pregunta gira alrededor de: ¿no será que nos creemos victimas del entorno?, incapaces de tomar las riendas de nuestro negocio y echamos la culpa de todo al medio ambiente, a la economía mundial, a la crisis del medio oriente, a que los guatemaltecos no compran a que no son innovadores, ¿será cierto? Porque siguen existiendo los negocios que funcionan, los emprendedores que arrancan con una oficinita prestada y ahora son los que arriendan oficinas. He visto en el transcurso de los últimos 5 años gente que recurre a ideas originales para hacer crecer sus negocios, puedes darte una vuelta por los blogs o los sitios de internet y he viso tiendas como la Monja Blanca anunciarse en internet y cooperativas en Sololá mejorar la técnicas de hilado para producir textiles de calidad que se venden en todo el mundo, cosechas para biodiesel y empresas multinacionales exportar el mejor tomate Guatemalteco a toda Europa, así como diseñadores guatemaltecos convertir en gloriosas creaciones lo que otros han despreciado; pero sobre todo he visto aquellos que progresan dejarse inspirar y buscar caminos alternos, abrir la menta a ideas nuevas y buscar con fuerza, mucha disciplina y fuera de estereotipos modelos de negocios rentables para la necesidades infinitas del mercado en Guatemala. La propuesta en concreto nace del pensamiento lateral o de impacto, las mejores ideas, las ideas revolucionarias, aquellas que logran cambiar el rumbo de nuestra vida nacen de una colisión, dos ideas divergentes, aparentemente de ámbitos sin relación explosionan, por una conexión neuronal o al azar las pones juntas y wow creaste la imprenta, o las gasolineras con restaurantes o las chequeras ahorro, no importa lo que sea tomaste ideas de mundos alternos divergentes, del conocimiento de diversos campos de acción que se hacen una colisión explosiva. La mente humana tiene la capacidad de transmitir a 362 kilómetros por hora, y  hay tantas cosas para poder explosionar, lo que pasa a nuestro alrededor, música, arte, jóvenes, cultura, el mercado, las etnias, problemas sociales, interraciales, películas, teatro, gobierno, gente interesante, mentes poderosas, y por supuesto los libros.
Uno de los trabajos que realizo con más pasión es el apoyo a jóvenes que tienen nuevas ideas, me emociono de ver como ellos entienden conceptos muy complejos de una forma que a mí nunca se me hubiese ocurrido, estos jóvenes han integrado a su quehacer cotidiano la tecnología, anuncian sus negocios en internet, parten aguas como primeros en sus familias de graduarse, de tener una profesión universitaria y al mismo tiempo de sentirse profundamente orgullosos de sus orígenes, con esa mezcla han creado una nueva visión de lo que son, no tienen miedo, se atreven, los llena una energía de emprender maravillosa, de convertirse en algo diferente, y se caen, no lo duden, se caen, pero cuando están allí abajo, dicen algo que me sorprende, del polvo se aprende, de caerse solo para arriba, y lo hacen con una sonrisa. Creo que esa frase trillada: “Guatemala es un país de oportunidades y posibilidades” se ha dicho hasta el cansancio, pero no se extiende en toda su extensión hasta que nos embullamos en ella. No es pararte enfrente del mar, observar lo que pasa y mojarte la punta de los pies, es desnudarte completamente y lanzarte de clavado, montar la ola que te lleva a lo que quieres hacer. La propuesta para salir de este atolladero para estos  empresarios que sudan todos los días las planillas, el negocio, el pago de renta, tiene cinco silabas: cre-a-ti-vi-dad, para plantear modelos de negocios que sean rentables pero que produzcan ignición en los guatemaltecos, que no aburran, que nos saquen de lo normal, eso atreverse a ser diferente, marcarlo con una claridad que ciega, crear sensaciones visuales, auditivas, sensoriales para que el consumidor constantemente se encuentre vinculado a nuestros productos, con un método específico. La creatividad debe ir respaldada por un proceso que pruebe nuestras ideas acerca de cómo acercar nuestros productos a la masa crítica de consumidores, las empresas en búsqueda de ideas para sacar adelante su negocios, las buscan en sus clientes, en sus consumidores, así como en los que todavía no les consumen; se hacen una serie de preguntas básicas: ¿Cómo consume nuestro producto? ¿Por qué lo consume? ¿Cuándo lo consume? ¿Para qué lo consume? Tenemos que saber todo lo posible de las razones por las cuales nuestro cliente utiliza nuestro producto y dárselo de la forma que lo necesita, el ejemplo más claro de este fenómeno son los populinos o las presentaciones pequeñas de cloro, jabón, o champú, se acercaron al consumidor y le preguntaron porque no usaba un producto que sabían querían, y la respuesta para Latinoamérica fue hacer un tamaño accesible a la masa crítica. Pero miremos los anuncios que hay por doquier, aunque dicen los estudiosos que no los miramos ya porque son demasiados, pero no conocen al consumidor, solo para hacerle una pregunta: ¿ha visto algún anuncio de bebidas carbonatadas donde el personaje principal sea una persona de una etnia maya? ¿o realmente es necesario que constantemente nos enseñen modelos rubios y de ojos azules, cuando el 65% de la población en Guatemala tenemos piel más café con leche? Y  ese cuento de “aspiracional” ya no llama la atención, aburre, o harta.  Moraleja del asunto, conozca a su consumidor, conozca que oye, que piensa, que siente, que ve, porque cada día más los consumidores son más inteligentes, poseen más información y sobre todo cambian, cambian de hábitos, costumbres, algunas quedan, otras las prueban, y por supuesto el precio influye, pero no puedes engañar a tu consumidor, no si lo quieres mantener y tener con él una relación a largo plazo. No te enfrentes a las tendencias, conócelas, búscales el espacio donde tú producto cabe y súbete en la ola ofreciéndole un valor agregado para que siempre, siempre ese consumidor, regrese a ti.






[1] http://www.google.com.gt/publicdata/explore?ds=d5bncppjof8f9_&met_y=ny_gdp_mktp_cd&idim=country:GTM&dl=es&hl=es&q=pib+guatemala
[2] http://www.elperiodico.com.gt/es/20110714/economia/198125/
[3] http://www.pronacom.org/web/index.php?option=com_content&task=view&id=110&Itemid=119
[4] http://www.prensalibre.com/noticias/Desnutricion-afecta-millon-menores-Guatemala-video_3_541775820.html
[5]Paola Hurtado,  http://www.elperiodico.com.gt/es/20110410//193903

Del cielo o los sueños

8:08 es mi hora y a pesar de que el escritorio grita papeles, los niños no se han bañado y el mundo sigue girando es mi hora de sentirme. Es hora de verme en el espejo más duro que tengo, los años que han pasado y los sueños que tengo en botes de caracoles, o borradores. Mi oficina es una amalgama de colores, cosas que solo yo entiendo y conozco, las cosas llenan todos los espacios, el suelo, el techo, las ventanas,  cada rincón que tengo se me trasluce como el alma. Se me acerca Alberto y me dice si quiero un pedacito de cielo, casi le creo, pero era un cementerio, mi pedazo de cielo está en otro lado, el cual trato que no se me escape por las manos, el cual intento que a pesar de los años, el tiempo y los embates de la vida siga intacto. Sigo pensando que no es vital la mañana pero lo es, especialmente en diciembre cuando el paso del sol se me atora en el quicio de la reja. Hoy entiendo el hambre, las ganas y los deseos que no puedo satisfacer, lo que se me duerme en el paso del tiempo.
Vivir nunca ha sido complicado, lo complicado es pensar o vivir plenamente. J me pregunta que hay más allá de la vida, se la respuesta: sueños. Más allá de la vida, cuando llegamos a esa otra dimensión que queremos bautizar como cielo, están el como hicimos nuestros sueños, como construimos las imágenes que están profundamente vinculadas a nosotros, así que me dedico a hacer mi cielo. Lo que haces todos los días, los momentos que tendrán replay, o esos otros que seguirán una y otra vez, como un disco rayado en tu mente, serán aquellos que valiera la pena recordar. Tengo una lista interminable de cosas maravillosas: las manos suaves y pequeñas, las mañanas de panqueques, el sol de las 5:00 en invierno, la lluvia pertinaz un domingo, el olor de tierra mojada, las plantas, el ronroneo de Adrián, el hocico mojado de Bigotes, el título, las escamas, los libros, cuadros, pinturas, el sol verde de S, y el chocolate, son solo algunas de las miles de maravillas que yo sé una y otra vez programaré en mis sueños.

8 de agosto de 2012

Mi pellejo


Ha veces quiero ver mi vida no bajo la sombra de mis ideas, sino en el haz objetivo de lo que me ha pasado, que muchas veces no esta en consonancia con mi estado de animo, es mas la vida va por lugares que yo no creo pasar, y cuando hacemos cuentas resulta que yo también pase por esos, si esos, nunca hare, no yo no, jamás en mi vida, cuando me muera, y en fin, esos eufemismos con los que nombramos las ideas que nos dan miedo y al final terminamos haciendo. Ahora que hago mucho de lo que me encanta hacer tengo que hacer un alto para describirme, y es cierto, siempre hablo, o siempre expreso mi opinión de muchas cosas, pero de mi, de mi como intimo ser, creo que el único que lo sabe en toda extensión es O, y le cuesta; quisiera que me vieran no como lo que soy por fuera sino como ese inmenso ser de luz verde que se soy, yo lo veo todos los días, cuando escribo, cuando busco una buena inspiración, cuando oigo a Sabina o cuando me acurruco en sus manos y siento todo lo que amo.
Hay confesiones que no estoy segura que  deba hacer, pero a veces se me salen, como esas de que no me quería, o no me pasaba o no me sentía, y ahora que revuelvo el pasado no tengo pena alguna solo sé que no seria sin ellas, o que esta mujer en este lugar en este momento a esta hora, no se configuraría así, esta C es así, porque llora, porque a veces sufre, porque mira el sol, porque la luna es amarilla o porque me dejaron y me encontraron, porque me golpearon, y me levantaron, porque a pesar de que quisieron estas doscientas ochenta libras que me marcan son mías, nadie sabe del pellejo adentro de mi piel.

Imprecaciones e Insultos


Mis peces se están muriendo aun los virtuales, y esta computadora nueva ha hecho un poco de locura en mi cotidiana historia. Tengo mucho tiempo de no escribir y lo debo hacer, no solo porque la vida se me va en ello sino porque esta maldita herida se abre cuando no la curo con palabras. Las palabras tienen el efecto de cualquier alucinógeno, a cualquier buen antidepresivo, pero hoy sobre todo tienen matices de cordura, la cual la veo huir con las imprecaciones. Nunca he reparado o escrito algo sobre los insultos, tal vez alguién en la literatura de lo sádico lo haga, pero a mí me apetece hoy por el desgarrón que tengo entre el ego y el estado natural de  sobriedad. No importa el tiempo que pasa o los veces que alguien lo haga, sigue doliendo, duele tanto que si no lloras se agrian y se pudren, así que es mejor sacarlos ¿Cómo se pelea con un oso enojado aunque sea azul? Me robó tanto su odio y me sigue robando, me saca de mí, se mete en mí y me deja como hoy hecha un guiñapo, sin poderle decir nada, sin que se me ocurra alguna de esas cosas inteligentes que se deben decir cuando alguien simplemente te insulta. Creo que también duele porque algo de lo que te dicen te lo crees, algo que te dice esa voz esta tan enraizado en la ciénaga de tí que crece y se multiplica y por ello te desmorona, pedazo a pedazo; meto el dedo en la abertura recién abierta de mis venas y extraigo coágulos de destrozos, recuerdos encapsulados en vidriosas burbujas rojas, horas ante la silla de un comedor en la madrugada con el aliento etílico supurando odio y desprecio, jornadas silenciosas de palabras hacia mí pero no hacia los demás, lentas recuperaciones en cuartos blancos llenos de inmensa soledad, y ese muro infranqueable de la razón por sobre todas las cosas que te caracteriza por donde vas. Me haces pedazos, y lo disfrutas, disfrutas arrancarme el poco amor que me tengo a mi misma con las frases trilladas de siempre, nunca, jamás. No me ves, ves lo que fui, lo que pude ser, pero no ves nada de lo que soy, de lo que realmente soy, no, la versión de ti que está en mi gritando desde siempre lo pequeña e inútil que soy. Así que te destierro, quiero desterrarte para siempre, quiero que lo que dices no importe, que lo que hagas no trascienda, que lo que dueles no me pese, y que lo que piensas de mí, no me cale hasta el cerebelo de la acción que me deja sin hacer nada.

2 de marzo de 2012

Se me escapa


Encontré esto buscando algo que tengo que trabajar y ahora escribir se me hace tan difícil, no sé si es que la vida me ha impuesto el ritmo que siempre dije no sucumbir, o si he dejado de un lado lo que esencialmente soy, esto que esta acá me esta pulsando en direcciones opuestas y como encontré escribir es para sobrevivir, porque esta en mi ADN, en cada espacio de mi ser en mi sien, cuando alrededor se acumula día a día los miles de inventos que no logro poner en orden o aun así en orden las cámaras, los libros, hasta las calculadores se han hecho parte del inmenso espacio de adentro que yo conocía mas por fuera, todo se me esta acumulando en las librearas, en los espacios del suelo, no se puede entrar, quieres alcanzar la esquina superior de los anaqueles y es casi imposible, el plástico que llena el suelo, las notas pendiente y mi miseria se emplastan en todo alrededor, que barbaridad, cada día tengo mas cosas adosadas a mis manos y no encuentro forma de darles cabida. Pasan los días y la lluvia ha visitado nuevamente las estancias, es como una bálsamo verla caer en mis manos mientras mi cuerpo se enfría de todo este calor acumulado de rabia. Veo por mi ventana y el ruido es visceral, inaudito, y repetitivo de noche, ya no hay paz más que la me da saber que aquí al lado cantan ruiseñores, aun que duermen y con su seño se me se ha escapado de mis manos la poesía y no hago mas que rumiar mis terribles defectos cuando no tengo ni la más mínima intención de sentirme como hoy, en medio de la propia inconsciencia de mí.

24 de enero de 2012

De regreso, (Perdon la ausencia)


Se hace una masa redonda que puedo aplastar entre mis dedos, se cuela entre las grietas que me produce la nostalgia de verme sin ser lo que quiero ser. El repaso es innegable, y cuestionable, mientras esas palabras que no entiendo me taladran el alma y del cuero cabelludo se desprende de mi silencio un grito que sabe a chocolate y nieve, mientras que no logro acomodar mis pies al barro que me sostiene, la naturaleza muerta seduce mi espacio y el calor que me calentaba ahora me enfría y agobia. Nunca el trópico de capricornio me ha pateado como regresando del circulo polar. Algo se quedo pegado en el hielo de la ventanilla al ver por última vez el espacio de esa tierra que me recuerda a los cuentos de hadas. Hasta esto se ha vuelto humillante, los temas se me acumulan en el teclado y  no pretendo que la vida sea la flor de pistilos morados que se ve desde mi ventana, pero algo me encierra en el aire caliente, y me libera en frio, como si mi cuerpo respondiese mejor al hielo. No logro pasar el camino que inicie en este recorrido a mi vida pasada, lo hice por recomendación medica y aun que empecé no avanzo, es como un libro de 115 paginas y no consigo pasar de la 17, y no es por falta de esfuerzo es por esta maldita congoja que no me deja recordar, no me acuerdo, mi mente borro mi infancia de mi disco duro y aun que hay algunos flashazos no recuerdo como era a los 7 o a los 8, mucho menos a los 10. Es como tener años perdidos, pero se que estuve allí, las fotos lo prueban, empiezo a aparecer en mi memoria como a los doce, cuando empecé a escribir, allí de repente no tengo que depender de la memoria, dependo de los libros guardados en cajas de falso cristal. Pero necesito memorias anteriores que no sean de accidentes, o de golpes o de…nada.
Un amigo va a tener una hija, y fue la felicitación mas difícil que he hecho en mucho tiempo, y lo peor es que no logra comprimir lo que sufrí al escribirla (Felicitaciones espero que tu hija encuentre en ti el padre que llene su corazón de tres cosas: completo e incondicional amor para levantar el vuelo cuando se caiga, confianza para armar el mundo que  no entiende; y sobre todo que le enseñes a amarse a ella misma para que nadie nunca le diga que no es tu princesa. Un fuerte abrazo.) Cuando la releí lloré con esas lagrimas de gotas grandes y circulares que se meten entre el teclado y hacen cortocircuito, que me aturde del pasado: ¿enfrentarme al hecho de los golpes? Eso lo hice en una cama de hospital con las secuelas, ¿conocerme sin facetas? Yo lo hago, que mi alrededor viva en una bruma de quien soy realmente es vital, pero yo conozco al inquilino de la azotea, se la fuerza devastadora de su camino y también la fuerza vital de sus huracanes; ¿morirme? Siempre se muere un poco, especialmente cuando te golpean quienes te aman, o dicen hacerlo; y por lo demás estoy viva, aquí segmentada en sedimentos de tierra y agua pero viva, y no solo eso, amo cada agalla de mis palabras, cada rinoceronte que toree en mi existencia, y cada instante que vivo hoy.