30 de marzo de 2011

De maestros, mecenas y estudiantes

A Luis Von Ahn, escribe una amiga en el periódico, se le hizo una pregunta que me ha dejado pensando, se le preguntó: ¿Qué tres cosas resultan vitales para promover estudiantes brillantes? Mi amiga que es muy inteligente busco los tres temas y le dio las opciones, pero lo fantabuloso de su respuesta fue que repitió lo mismo: PROFESORES, PROFESORES, PROFESORES. Llevo doce años en la docencia, más si cuento los años de auxiliar en la universidad, giro alrededor del “hecho educativo” regrese a estudiar para entender el fenómeno, pero la verdad es deplorable mi nivel de vida. Sin contar que soy de los catedráticos afortunados que tienen otros ingresos de por allí y por allá.  Pero me he puesto a reflexionar en esas relaciones extrañas que uno hace. Puedo contar que he trabajado directa e indirectamente en colegios de toda la escala social de Guatemala, porque aun que me duela admitirlo convivo con una sociedad llena de abismos sociales, y el único lugar donde no he trabajado son las escuelas públicas, no se si pueda, estoy segura que el Acevedo ese tendría un serio problema conmigo; de los lugares que he trabajado los que valoran a sus docentes no tienen el suficiente dinero para pagar un estilo de vida acorde, y los que pueden pagar, por ende porque pagan mas los alumnos, no te valoran como maestro, muchos de los padres de familia lo consideran a uno un sirviente con titulo, incluyendo la administración, hay sus excepciones, por supuesto, pero no me sobran dedos de la mano para contarlas. En las universidades no le va mejor a uno, no crean que es la panacea de todos los maestros. No, cuentan muchas otras cosas, menos el hecho de parecer un ratón de biblioteca, tener títulos universitarios, poseer gran control de grupo, o simplemente saber el pinche tema. ¿Cómo va creer usted? Para los centros educativos lo mas importante a la hora de contratar catedráticos es que sea el mejor calificado pero que acepte el salario mas bajo, sin contar si mejor da factura para no tener que dar prestaciones laborales, porque la educación es una inversión que debe ser rentable. Bueno esta bien, hay que tener rentabilidad en el negocio, lo entiendo sino para que invertir tanto esfuerzo, dedicación, sin contar la tortura que representa lo que hay que entregar al MINEDUC, fuera de ello, la única forma de mejorar nuestro futuro es entendiendo y dignificando a los maestros, aun que sean locos de atar, aun que no me parezca lo que hacen, si no mejoramos las condiciones de vida no habrá futuro,  o por lo menos mejor educación, a todo nivel, y óigase todo nivel. Pero el colmo de esto no queda allí, un profesor guatemalteco no tiene el renombre de uno que viene aun que sea de Myanmar, y eso que allí  también andan jodidos, pero igual un atisbo de otro lugar y el salario es en dólares, las prestaciones a la G&T: casas, carros, premios puntos. No vaya a osar o ciudadano con número de cédula J1 o A1 intentar decir: pero yo también puedo….ja, te va salir lo de la margarina olmeca, te la echaran encima para que pases sobadito pero por la puerta.
El mundo actual es un caos, puedo vivir en la luna, pero no por ello me dejo de dar cuenta que el problema de nuestra sociedad radica en la incapacidad que hemos tenido para soportar y crear seres humanos conscientes y dispuestos a dar mas de si, allí andan todos los americanos con los pelos de punta porque nos van a comer el mandado nuestros estimados chinitos, pero claro, los chinos nunca se les ocurriría que sus hijos deben tener todo lo material de este mundo o ni siquiera pensar en fallar una clase disciplinaria, o contestarle mal a la abuela, el tío o la madre. En si que existe el respeto, no se diga de valorar lo que las generaciones anteriores han hecho por nosotros. Pero no solo es criticar, sino para que, hacer también es importante, así que antes de buscar un colegio para sus hijos, no solo piense en el que va todo el mundo, le recomiendo que agarre allí a cualquier pobre maestro y le mire el carro, el pantalón o el celular, si se parece al suyo anda en buen camino, ahora si el pobre anda cabizbajo, meditabundo y como yo pidiendo un quetzal para el bus, le exhorto a que cuestione donde pone a su hijo.  Suerte a los que andan en esa búsqueda, no quisiera estar en su lugar, pero tampoco le recomiendo el mío, soy maestra.