1 de mayo de 2011

¿Boda Real?


Estaría un poco fuera de la rutina de las noticias no hablar de la famosa Boda Real que viene como una bofetada de glamur y centellas a un mundo que se muere de hambre, soledad y un montón de problemas sociales que bien pudiesen arreglarse con una centésima parte de lo que políticos, empresas transnacionales y comerciantes se gastan en publicidad, es inaudito. ¿Por qué  2 millardos de personas se levantan a horas inmencionables para ver a dos casarse? Cuando la tasa de divorcios se ha cuadriplicado en los últimos 10 años, 25 de cada 100 parejas terminan en divorcios, sin contar por supuesto que en países desarrollados la tasa es mayor y que la gente no quiere tener hijos, ¿Qué tiene de fascinante entonces otra boda? ¿Porqué nos importa? Sólo en Guatemala el 49% de la población viven en algún estado de pobreza, y hay más de 50 millones de personas que no tienen para comer, o que no tienen la oportunidad de hacer algo por su vida. Y no estoy hablando de regalar nada a nadie, entiéndanme, no me gustaría ver el museo de Londres convertido en un comedor para mendigos, pero si me gustaría ver un cambio radical en la forma de pensar de los padres, que es a mi criterio donde esta el meollo de la situación actual mundial.

 A ver si una historia corta lo ilustra mejor. Si Ana y Juan cada uno con 19 años se aman y en lugar de usar condón tienen un bebe  ninguno de los dos seguramente terminara en la universidad, se casaran porque el amor joven todo lo soporta, vivirán juntos y como no saben cuidarse igual, tienen 2, 3, 4 y siete hijos, por los cuales tienen que trabajar desde las 5:00 a.m. hasta las 11:00 p.m. y buscar hacer un par de turnos mas para poder cubrir siquiera los gastos del colegio, mucho menos en pensar en ahorrar para una casa, o un carro, cuando Juanito tiene 7 años, tiene que ayudar a su mamá con los deberes de la casa, y en lugar de jugar cuidar a Tono, a Susy y la Mari, se siente papá a los 7. Juan esta harto de trabajar solo quiere llegar a su casa a no hacer nada y cuando llega, Ana lo espabila con: no hay aquí, no hay allá, mira que esto, que el gas, que al agua; Juan se va desesperado y regresa ebrio a su casa, a violar otra vez a Ana que ya va por el octavo embarazo. Eso en América Latina, en Europa o Estados Unidos, venden la bicicleta, el Ipod, hasta el vestido de promoción y pagan una clínica para abortar a Juanito, y se pasan el resto de la vida llorando al bebe que saben mataron, entonces empiezan un ciclo destructivo que empieza por mariguana, papá no me entiendes, a ti que te importa, déjame en paz, es más fácil que el haga lo que quiera,  intervención a lo People and Arts. ¿Entonces que tienen que ver ambas historias con las oportunidades, con la boda real, con el mundo? Nada más que el orden de los factores.

¿Por qué no gastar mejor en una campaña de unión familiar verdadera, donde te cases porque quieras,  y te enseñen a no tener hijos que de verdad no quieras? Y claro enseñarte que el tiempo de los hijos es invaluable, que el trabajo no compensa que no eduques a tus hijos de forma que en ellos se imprima un deseo inviolable a mejorar todo a su alrededor, y no propongo la locura del modelo europeo donde los niños parecen ser quienes rigen el destino de los padres y que a cada pequeño deseo de ellos se cumpla, o mucho menos el de muchos de mis congéneres que prefieren delegar la crianza de los hijos en sirvientas, guardaespaldas, y que cuando el nene quiere algo hace una cita con su mamá y la mamá por sacárselo de encima le paga carro, mesada y otros gustitos porque no puede vivir como un don nadie, sin hablar de papá que por que no viva con él y la nueva bombón que viva su vida solo a los 15 y mucho menos los que no han ni siquiera tenido la oportunidad de pensar lo que quieren y se dejan llevar por lo que les dicen; No, nada de eso,  propongo una deliciosa balanza, donde puedas ser un ser humano completo, y que al mismo tiempo dediques a tus hijos que amas el tiempo necesario para hablar las cosas importantes de sexualidad y que se acompañen no solo de la verdad, sino del amor, y de la vitalidad de: me puedes preguntar lo que quieras.  Es decir, cuando tienes hijos debe existir un cambio real de tus valores de vida, y del orden de los factores, es decir, ahora es tu turno de hacerlos parte integral de tu vida, donde ordenes tus prioridades,  esta bien cuando dices no a las horas extras, o las salidas con los cuates, si tienes hijos, vívelos, siéntelos, hazlos lo mejor que tu puedas y eso implica, tiempo con ellos, no inventen, el tiempo de calidad es una invención sin sentido, tus hijos necesitan que estés allí, para arreglar unos zapatos, para forrar un libro, para remendar un corazón roto, para sostener el banco y que no se caigan, para esas cosas de la vida diaria.

Si nos involucramos en la vida de los otros, en lugar de solo en la nuestra, la posibilidad de cambiar el paradigma del mundo puede ser viable, si seguimos subordinando nuestra existencia a los eventos mediáticos producidos para alienarnos, seguiremos eso, la boda real para taparle al mundo el problema real.