Respiro y cierro los ojos buscando el espacio para descargar la lagrima que me esta rodando por la cornisa, todavía pienso en lo perdido y no puedo mas que aferrarme a esta pequeña manita que me sostiene de caerme, sabe mas que yo.
Cierro los ojos atrapando palabras que se escurren de tus pestañas,
Atrapo palabras que se enredan en los resquicios,
no hay nada más que sonreír mientras el agua lava la herida de esta vieja y constante inquisición.
Llueve,
vuelve a llover,
necesito agua para apagar este fuego que me lleva consumiendo por años,
por siglos por olvidos,
llévate despacio con cuidado la piel seca y podrida de macerar tiempo perdido
Pídeme que olvide para siempre tus ojos, tus manos, tus golpes
Porque aun hoy a mis años me llenan los espacios de ideas fallidas
Quiero librarme por siempre de la memoria de caracol, ni recordar, ni pensar, ni estimar más
Solo quiero acostarme a su lado, recoger mi estrella y envolverme en sus brazos
Quiero perder el estigma que no se borra de mi camino, que no se vuelva traslucida la piel, olvidar el encierro en mi mundo amarillo, volar perdiendo la cordura tal vez, quiero verme entera sin sentir un respingo, quiero verme nueva sintiendo un alivio, quiero vivir corriendo.
Todavía me queda en el rescoldo alguna idea triste, solo a las mujeres nos toca hacer estas terribles decisiones, nunca un hombre tuvo que plantearse el decidir por su carrera o por su vida familiar, ahora nosotras que queremos tener lo bueno de ambos mundos es una decisión continua y constante la que hay que tomar. Ahora que me dedico a algo que me encanta, cada búsqueda del internet termina en relación al manejo de las emociones, casi todos los sitios que trabajan capacitaciones hablan en algún apartado sobre las cualidades que deben tener los ejecutivos de hoy, sobre como funcionan las relaciones personales y cuales son las expectativas sobre estas vinculaciones que se esperan, ¿bueno, pero que tiene que ver esto con las decisiones? Uno de los factores mas importantes para el desarrollo de la personalidad es la forma de tu hogar, el mejor regalo para los hijos, no son carros, colegios privados, o viajes, es tiempo, valores y espacio; tiempo juntos para hacer cosas que aparentemente no tienen importancia como comer juntos, ir al parque, ir en bicicleta, visitar a los abuelos. Valores reales, no los que se dicen, los que se cumplen, los que se enseñan porque te ven hacerlos, no fumes con el cigarrillo en la boca, o no mientas pero dile al cobrador que no estoy, esos son los que trascienden, y por supuesto espacio para no estar siempre sobre ellos, pero saber cuando guiar, cuando aconsejar, cuando llamar la atención, imponer, o simplemente callar y apretarlos muy duro. Y para eso necesitas cuestionarte todos los días si el camino que escoges es lo mejor, para ti y tus hijos, si tu decisión laboral afecta el tiempo que estas con ellos, y el tiempo que estas con ellos los haces seres con cualidades laborales, así que no se haga mas largo, quiere que sus hijos tengan trabajo en el futuro, deje de trabajar un poco hoy e inviértalo en ellos.